John Gacy: El Terrorífico Caso de Pogo, El Payaso Asesino

Introducción

Dentro del vasto mundo del crimen, hay relatos que nos dejan sin aliento, historias que resuenan en nuestra memoria mucho después de haberlas escuchado. Entre esas narrativas que despiertan pesadillas se encuentra el escalofriante caso de John Wayne Gacy, un hombre que, bajo la apariencia de ‘Pogo el Payaso’, escondía un monstruo que pocos podrían imaginar.

Piensa en un mundo en el que algo tan inocente como el entretenimiento infantil se mezcla con horrores insondables. Un mundo donde el miedo se disfraza tras una sonrisa pintada. Y los límites entre el bien y el mal se difuminan en una danza macabra. Te invito a que nos adentremos juntos en este oscuro rincón de la historia, un lugar en el que la realidad supera con creces cualquier pesadilla que podamos imaginar.

Viajemos juntos a través de la vida de un hombre que, bajo la apariencia de un amigable payaso, tejió una trama de maldad que dejó una huella imborrable en la historia del crimen. Descubramos los oscuros rincones de su mente perturbada y cómo sus crímenes impactaron a toda una nación, así como a las familias de sus víctimas.

John Wayne Gacy, ‘Pogo el Payaso’, nos insta a enfrentar el lado más oscuro de la naturaleza humana, recordándonos que la verdad supera la ficción, pero por desgracia él no es el único. Por eso, si te atreves a sumergirte en más historias de true crime que ponen los pelos de punta, te animo a explorar otros artículos de nuestro blog, como el de “Asesinos En Serie: Explorando La Mente Criminal” o “La Historia de José Rabadán: El Asesino de la Katana”. Prepárate para adentrarte en lo más oscuro de la mente humana y descubrir los secretos que yacen en las sombras.

El Joven John Gacy

Para comenzar como es debido con esta historia, tenemos que remontarnos al 17 de marzo de 1942, a la ciudad de Chicago, Illinois, fecha y lugar donde nació John Wayne Gacy (Gacy de ahora en adelante). 

Tal y como ocurre en otras historias de asesinos en serie, la infancia de Gacy no fue para nada idílica, sobre todo por parte de su padre. Esto se debe a que de pequeño, Gacy era lo que podríamos decir un niño “afeminado”. 

A ojos de su padre, sus comportamientos eran muy finos y delicados, para nada propios de un hombre, y por eso sentía un profundo odio por su hijo. No era capaz de aceptarlo, y esta disconformidad la manifestaba en forma de desprecio y palizas. 

Pero su esposa tampoco se salvaba, ya que muchas eran las veces en la que su marido la maltrataba, debido a que el único varón que había sido capaz de darle estaba “defectuoso”. Siendo las únicas personas a las que respetaba sus dos hijas pequeñas.

Y como es de esperar, los malos tratos e insultos proferidos día tras día por su padre, fueron haciendo mella en la personalidad de Gacy, ya que al ir creciendo no fue capaz de identificar su sexualidad. Y es que Gacy resultó ser homosexual desde muy pequeño, y no sabría ni identificarlo, ni más tarde aceptarlo.

El Amigo de Papá

Pero no solo sería el maltrato de su padre el que lo marcaría de por vida. A la corta edad de nueve años Gacy tuvo que enfrentarse a la que sería una de las peores situaciones de su vida. 

Esto se debe a que un muy amigo de la familia, el cual conocía al pequeño desde su nacimiento, abusó de este, pero Gacy decidió callar. Pensó que guardar silencio era lo más sensato ya que si se lo contaba a su padre, seguramente no se lo creyese y le pegase por mentir sobre su mejor amigo. 

Hay que decir que este hecho no sería confesado por el propio Gacy hasta llegar a la edad adulta.

Una Mala Caída

Por si los problemas en la vida del pequeño no fueran suficientes, poco tiempo después, uno de los tantos días de salió a jugar al parque, Gacy decidió subirse a uno de esos columpios que tanto le gustaban, y mientras se encontraba sumido en su hipnótico balanceo, resbaló y cayó al suelo. Recibiendo un fuerte golpe en la cabeza. 

Nadie le dió demasiada importancia. El niño se había caído y ya está, tampoco era para tanto, pensaron. Sin embargo, este acontecimiento tendría consecuencias.

Y es que años más tarde, al cumplir los 16, el ya joven Gacy empezó a sufrir severos mareos, que en ocasiones le llevarían a perder el conocimiento. 

El chico, asustado, recurrió a sus padres en busca de ayuda. Pero para su desgracia se encontró con un muro. Su padre se creía que era cosa de críos, que solo quería llamar la atención y por ello no le dió la más mínima importancia. 

Sin embargo, ante la preocupación de su madre y a regañadientes, decidieron llevarlo al médico, donde le diagnosticaron un coágulo en el cerebro que se había estado formando durante años. 

No sabían con certeza el motivo, pero era probable que fuera por un fuerte golpe en la cabeza, y ¿quien se había dado un golpe a los 9 años? Pues ahí tienes la respuesta. Le fueron recetados medicamentos con el fin de disolver dicho coágulo, y de esta forma los mareos fueron desapareciendo.

Foto en blanco y negro de John Gacy durantensu infancia.

«La infancia de Gacy no fue para nada idílica, sobre todo por parte de su padre. Esto se debe a que de pequeño, Gacy era lo que podríamos decir un niño “afeminado”. 

Fotografía blog «San Diego Red».

Tiempos de Cambio

Pero la situación familiar seguía teniendo efecto en el joven, quien a la edad de 18 años había pasado por más de 4 colegios distintos, en los que intentaba encajar sin éxito. Por este motivo no logró graduarse en el instituto y no pudo optar a una plaza en ninguna universidad.

De esta forma, ante el panorama que se le presentaba y el desprecio de su padre que iba en aumento, tomó la decisión de mudarse a Las Vegas con el fin de encontrar un empleo y ahorrar dinero.

La Oportunidad

Muchas veces lo intentó y muchas puertas se le cerraron en las narices. La mayoría de ellas por ser un chico joven, recién emancipado y sin estudios. Sin embargo, tras mucho tiempo de búsqueda una puerta se abrió.

Fué contratado en una funeraria, en la que se dedicaría a arreglar los cadáveres. Seguramente estés pensando que es un trabajo un poco desagradable. Estar rodeado de muertos día sí y día también, no es con el trabajo que todos soñamos. Pero nada más lejos de la realidad. Ya que Gacy estaba encantado.

Los Placeres de la No Vida

Le gustaba su trabajo, se sentía agusto entre las personas sin vida. Pero poco tiempo después, el joven se dió cuenta de que algo sucedía. No solo estaba cómodo desempeñando su trabajo, sino que le gustaba estar con los cadáveres. 

Su jornada laboral la desempeñaba en soledad, ya que era el encargado del turno de noche. Y por ese motivo se sentía que tenía carta blanca para hacer lo que se había convertido en su afición. 

Una vez sacaba los cadáveres y los depositaba en las camillas para prepararlos, se acostaba a su lado. Los miraba, los acariciaba, se sentía en paz. Pero no te creas que le valía a cualquier muerto. Sentía debilidad por los chicos jóvenes.

Al principio la idea de sentirse agusto con lo que hacía le era repugnante. Al finalizar de la jornada Gacy volvía a su casa extrañado y sin comprender qué había pasado. Pero esa situación cambió, poco a poco dejó de sentir remordimientos, y pasó a ser una de las ventajas de su oficio. 

Durante su etapa en la morgue, no solo descubrió que le atraían las personas de su mismo, sexo, sino que descubrió una parte de si mismo mucho más oscura. Una parte que se sentía atraída por las personas fallecidas.

«Pero la situación familiar seguía teniendo efecto en el joven, quien a la edad de 18 años había pasado por más de 4 colegios distintos, en los que intentaba encajar sin éxito«.

Fotografía blog «Contexto».

Foto de John Gacy con 18 años junto a un grupo de amigos.

Cambio de Rumbo

Pasado un tiempo, Gacy había ahorrado algo de dinero. Y decidió que era buena idea realizar algún curso relacionado con los negocios. Esto se debe a que John tenía un don de gentes excepcional, y una labia envidiable. Era capaz de ganarse la confianza de todos los que le rodeaban, y por ello pensó que unos estudios de negocios le ayudaría a profesionalizar sus fortalezas. Podía rentabilizar su carisma.

La Gran Mujer Detrás del Gran Hombre

Tras su etapa estudiantil se mudó a Springfield, con el fin de labrarse un futuro de éxito. Y para ser un hombre de éxito hay que tener una buena mujer e hijos, y Gacy para aquel entonces ya sabía que era totalmente homosexual. 

Pero recordemos que estamos en los años 60, y los hombres exitosos en esa época no eran homosexuales. Necesitaba trabajar en su imagen de cara al público. Por ello se puso manos a la obra y se embarcó en la búsqueda de una mujer que pudiera ser su esposa. Tras una búsqueda exhaustiva, en 1964 se casó con Marlynn Myers, con la que comenzó su proyecto de familia idílica.

Al Rico Pollo

Sin embargo, su mujer no solo le sirvió para construirse una buena imagen familiar, sino que también le proporcionó un trabajo. Esto se debe a que el padre de Marlynn tenía varios restaurantes de la franquicia KFC, y decidió darle un puesto como cocinero en uno de sus locales.

¿Recuerdas el carisma y don de gentes que te comentaba antes? Pues Gacy se sirvió de él en su nuevo trabajo. Se hizo con todos los que por allí pasaban, ya fueran clientes o trabajadores. Era simpático, atento, trabajador. Tanto es así que al retirarse, su suegro decidió nombrarlo gerente. Desde ese momento se encargaría de llevarlo todo.

Gacy estaba pletórico. Tenía casa, un buen trabajo, una reputación impecable, y una mujer que le había dado dos hijos. Y pensarás ¿Qué más podía pedir? Pues esperate, que no es oro todo lo que reluce.

Foto de John Gacy el día de la boda con Marlynn Myers.

«Tras una búsqueda exhaustiva, en 1964 se casó con Marlynn Myers, con la que comenzó su proyecto de familia idílica».

Fotografía blog «Contexto».

Los Impulsos de Gacy

Sobre tener la vida que todo hombre de su época soñaría, John seguía sin estar satisfecho, sin sentirse pleno. Seguía sintiendo algo oscuro en su interior, y no podía frenarlo. Sobre haber dado un giro de 180º, quería volver a experimentar lo que sentía en la morgue. Esa excitación que le producía estar con chicos jóvenes.

La Fórmula Mágica

Por ello empezó a pensar en cómo acercarse a chicos en edad adolescente. Y se le ocurrió que la mejor manera sería adentrarse en el mundo de la política, apuntándose a La Cámara Junior de Estados Unidos. 

Y una vez más se repitió la fórmula anterior. Gacy se metió en el bolsillo a jóvenes y adultos. Lo que contribuyó a su imagen pública, ya que no solo se le tenía en cuenta como vecino influyente, sino como persona que entendía de política. Su reputación ascendió como la espuma.

Tanto es así que Gacy comenzó a organizar fiestas privadas en su casa. A las que asistían muchos hombres influyentes en el ámbito de la política. Y en este punto pensarás… “pero eran fiestas, eso no tiene nada de malo”. Y yo te diré que sí, ya que esas reuniones no eran lo que parecían. 

Se encerraban muchos hombres en el sótano de su casa y hacían de todo. Se consumía droga, se proyectaban películas porno y una gran variedad de actividades un tanto… perturbadoras. Y lo mejor para Gacy, es que también asistían chicos menores de edad que pertenecían a La Cámara. 

“¿Y nadie contaba nada?” Pues te diré que no, ya que tanto él, como sus invitados querían seguir gozando de su buena reputación, y por este motivo nadie desvelaba lo que sucedía en aquel sótano. Pero para Gacy no era suficiente. A él no le valía llevar a toda esa gente a su casa. Necesitaba algo más privado (ya sabéis a lo que me refiero).

Casualidades de la Vida

Por ello un día salió de fiesta y embaucó a un joven. Entablaron conversación, y Gacy se enteró de que se llamaba Donald Vorhees, y que tenía 15 años. Un par de horas le bastaron para embaucar al chico y proponerle ir a su casa. 

Y así fué, Donald accedió y juntos fueron al sótano de Gacy. Allí estuvieron bebiendo y charlando hasta que llegó el momento en el que le propuso mantener relaciones sexuales. El chaval parecía un poco incómodo, pero accedió. Y una vez terminada la faena Donald se marchó a su casa prometiendo no contarle a nadie lo que allí había sucedido.

Sin embargo no fue así, ya que el chico, al llegar a su casa fue corriendo como un rayo a contarles a sus padres lo que había. Y estos, escandalizados, fueron a denunciarlo a la policía. 

Al día siguiente unos agentes se personaron en la casa de Gacy, y le informaron de la denuncia que le había sido interpuesta, llevándoselo a comisaría. Se inició una investigación, y fue de esta forma como Gacy se enteró de que Donald era el hijo de su oponente político en La Cámara (ya es casualidad). Por lo que alegó que todo era una treta para destrozar su imagen política. Pero esto no convenció al jurado, por lo que se desestimó.

Otra de las formas en las que intetó defenderse fué alegando que era el joven el que había intentado seducirle, que era el chico el que lo había obligado a mantener relaciones sexuales. Lo cual también fue rechazado por el jurado.

«Donald accedió y juntos fueron al sótano de Gacy. Allí estuvieron bebiendo y charlando hasta que llegó el momento en el que le propuso mantener relaciones sexuales.»

Fotografía blog «Serial Killers Info».

Fotografía de Donald Vorhees cuando era pequeño.

Caída en Picado

Ante la desesperación por ver que la imagen que tanto le había costado construir se estaba desvaneciendo, decidió contratar a un matón, el cual le dió una paliza a Donald con tal de hacerle callar y que no siguiera testificando. Pero Gacy nunca debió haberlo hecho, ya que llegó a oídos del jurado, y la fachada de Gacy se desplomó por completo.

De esta forma se quedó sin estrategias de defensa y en 1968 fué condenado a 10 años de cárcel. 

Libertad Condicionada

Pero Gacy no iba a permitir que su estancia en la cárcel truncara su futuro. Durante su etapa en prisión, volvió a repetir su eficaz estrategia. Tuvo un comportamiento ejemplar, ayudaba a los presos enseñándoles a leer y escribir, ayudaba en la cocina, y tenía varios trabajos. 

Tanto es así que de 10 años terminó cumpliendo 18 meses. Tras este periplo fue puesto en libertad, pero se le impuso una medida. Nunca más le estaría permitido ver a su mujer y a sus hijos.

Resurgir de las Cenizas

Sin mujer y sin hijos Gacy estaba dispuesto a construir desde cero una nueva vida, a recuperar la imagen que había perdido. Pero necesita ser un desconocido. Por ello decidió mudarse a Illinois, la tierra que lo vió nacer. 

Con los pocos ahorros que le quedaban tras su encierro, se compró una casa, y se dedicó al sector de la construcción. Se montó una empresa como contratista. 

Pero esto no era suficiente para su nueva imagen. Recordemos que se había quedado sin mujer e hijos, y debía afanarse para conseguirlos. Recordó que conocía a una chica que había sido su compañera de instituto, y un día la llamó por teléfono y quedaron. Poco tiempo después Gacy contrajo segundas nupcias con Carol Hoff.

Agridulce Victoria

Gacy lo había conseguido de nuevo. Había resurgido, volvía a gozar de la buena reputación de la que había perdido. Pero, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y al igual que había pasado años atrás, había pasado mucho tiempo reprimiendo sus impulsos, pero esto no podría seguir siendo así durante mucho más tiempo.

En 1971, Gacy lo volvió a intentar, sedujo a un joven de su ciudad y se lo llevó a su casa para abusar de él. Pero el chico, no consintió y salió corriendo de la casa, yéndose directamente a la policía a denunciar lo que le había sucedido. Sin embargo esta vez la suerte sonreía a Gacy, y debido a la reputación que se había labrado, los agentes no creyeron al joven.

El Nacimiento de Pogo el Payaso

Llegados a este punto Gacy no iba a permitir que nada ni nadie destrozada su reputación, por lo que pensó que debía hacer algo que agradara a todo el mundo para poder meterselos en el bolsillo y que nunca más dudaran de él. No quería cometer los mismos errores que en su vida anterior.

Por ello decidió que la mejor manera de embaucar a todas las familias del vecindario era mediante sus hijos. ¿Y cómo crees que lo hizo? 

Falsa Inocencia

Empezó a aparecer en las fiestas de cumpleaños de los niños vestido de payaso, a modo de servicio a su comunidad. Se pintaba la cara de blanco y se ponía un disfraz, con el que se convertía en su alter ego, había nacido Pogo el payaso. (Que por cierto daba muy mal rollo).

Jugaba con ellos, les hacía reír, les daba globos… Todos los padres lo querían en sus fiestas, y a los niños les encantaba. Pero más contento estaba nuestro payaso al verse rodeado de niños (y no me refiero en el buen sentido).

Fotografía de Pogo el Payaso sonrriendo a cámara.

«Jugaba con ellos, les hacía reír, les daba globos… Todos los padres lo querían en sus fiestas, y a los niños les encantaba. Pero más contento estaba nuestro payaso al verse rodeado de niños».

Fotografía web «Muy Interesante».

En la Cresta de la Ola

La reputación de Gacy subió como la espuma, tenía éxito en el trabajo, sus vecinos lo adoraban, y su situación económica era ideal. Estaba en la cresta de la ola y quiso aprovecharse al máximo, por ello se apuntó al partido demócrata, donde también fué muy influyente. Hasta el punto de ser visitado por la primera dama, Rosalynn Carter. Se convirtió en un referente.

Pero recordemos que esta historia no es la de un hombre exitoso, sino la de un asesino. Y hasta ahora no hay ningún muerto ¿verdad? Pues eso está a punto de cambiar.

«Estaba en la cresta de la ola y quiso aprovecharse al máximo, por ello se apuntó al partido demócrata, donde también fué muy influyente. Hasta el punto de ser visitado por la primera dama, Rosalynn Carter.»

Fotografía blog «Contexto».

Foto de John Gacy dandole la mano a la primera dama Rosalynn Carter.

La Primera Víctima de Pogo el Payaso

Una noche como otra cualquiera del año 1972, Gacy salió con su coche a dar una vuelta por el barrio, cuando de repente se encontró con Timothy McCoy, un chico de 15 años que se encontraba en una parada de autobús. Y es aquí donde vió su oportunidad. 

Se acercó a Timothy de forma amistosa y le dijo que no podía permitir que pasara la noche en la calle, por ello lo invitó a su casa. Le dijo que tenía un sótano donde podía quedarse a dormir. Y el chico aceptó. De esta forma, Gacy montó al joven en su coche y se lo llevó a su casa, donde pasaron la noche.

La Comida más Importante del Día

Al día siguiente, Gacy despertó escuchando movimiento, alguien estaba bambando por la casa a sus anchas. Salió corriendo y se dirigió hacia la cocina, lugar de donde provenían los ruidos. Allí se encontró a Timothy con un cuchillo en la mano.

Gacy, al verlo, se sintió amenazado, por lo que rápidamente agarró un cuchillo y apuñaló al joven en repetidas ocasiones. 

Y pensareis… “no lo ha hecho con maldad, al fin y al cabo se ha visto amenazado”. Y podría ser así, si no fuera porque el cuchillo que llevaba Timothy en sus manos era de mantequilla. Resultó que, a modo de agradecimiento, el chico le estaba preparando el desayuno. 

Y, por si te queda algún atisbo de duda sobre la maldad de Gacy, te contaré más. 

Muchos años después, una vez condenado y en la cárcel, admitió que tras asesinar al chico sintió un placer como nunca antes. Ver como se derramaba la sangre le excitó de tal forma que confesó haber tenido un orgasmo. En ese momento descubrió que lo que le hacía sentir vivo era quitarle la vida a los chicos jóvenes. (Suena irónico ¿no?)

De esa manera el payaso Pogo se había cobrado su primera víctima. Por desgracia, la primera de muchas.

Las Sospechas de Carol

Pero volviendo a donde nos habíamos quedado. Recordemos que Gacy estaba casado. ¿Cómo puede ser que su mujer no se enterase de nada? Pues te diré que, si bien Timothy fué la primera víctima mortal, no fué el primer menor con el que se acostaba Gacy. 

Eran unos cuantos los que habían caido en sus redes, y debido a la buena reputación de la que gozaba, y lo mal visto que estaba en aquella época ser homosexual, callavan lo sucedido.

Es por ello, que su mujer sabía que Gacy estaba haciendo algo cuando se iba de casa. Pero no te vayas a pensar que se olía algo de la faceta homosexual de su marido, para nada. Lo que ella imaginaba es que le estaba siendo infiel con otra mujer (lo cual es mucho más lógico). 

Pero el tiempo pasaba, y las sospechas de Carol seguían creciendo, siendo este el motivo por el que decidió que no podía continuar con su matrimonio. De esta forma iniciaron los trámites de divorcio.

Campo Libre

Y ahora seguro que pensarás que a Gacy esto no le venía bien. Pues te diré que no le dio demasiada importancia. Ya que, si bien en años anteriores el matrimonio era uno de los pilares de su buena imagen y reputación de cara a los demás, este no era el caso en la actualidad. Según la percepción de Gacy, gozaba de tan buena reputación y era un hombre tan influyente, que estás divorciado no le supondría ninguna mancha en su historial de cara al público. 

De esta forma, era libre, tenía la casa para él solo. Bueno… y para quien quisiera llevar. Ahora ya no tenía que andar con cuidado, podía hacer lo que él quisiera y nadie se daría cuenta, ya que tenía la coartada perfecta.

Oleada de Muertes

Fué a partir de ese momento que tuvo lugar la oleada de muertes a manos del payaso asesino. Muchos fueron los chicos que cayeron en sus garras y no vivieron para contarlo. Según se sabe fueron más de 25. Y es que recordemos que Gacy tenía una labia arrolladora, y de ella se servía para engatusar a los jóvenes que se encontraba.

Primero les hablaba con tono amigable, y una vez cogían confianza les convencía de ir a su casa. Les decía que era un importante empresario, que podría darles un buen trabajo. Pero si esto no funcionaba les convencía de que tenía alcohol y droga, incluso películas para adultos, y que nadie los vería. Y los chicos caían de inmediato. 

Sin embargo, cuando llegaban a la casa, no se encontraban con un panorama muy alentador. Allí los violaba, torturaba y finalmente mataba. Y para deshacerse de los cuerpos los enterraba en un agujaro de su jardín ubicado justo debajo del sótano, al cual accedía por una trampilla.

Jeffrey Rignall: El Punto de Inflexión

Una noche, tal y como hacía de contínuo, Gacy salió a interceptar a su próxima víctima. Esa vez el elegido sería Jeffrey Rignall, un joven de 15 años. Cayó tal y como hacían todos. Accedió a irse a su casa y cuando llegó rápidamente se percató de que no era diversión lo que le esperaba (por lo menos a él).

Tras ser violado y torturado durante horas, Jeffrey consiguió pillar a Gacy en un descuido y pudo huir. El chico salió como pudo de la casa y se dirigió directamente a la policía. Una vez allí les contó todo lo sucedido, y ¿a que no adivinas qué? ¡No le creyeron! Con las mismas lo mandaron a casa dando por zanjado el tema.

Gacy en el Punto de Mira

Pero Jeffrey no se daba por vencido. Solo él sabía lo que había sufrido esa noche, y no estaba dispuesto a dejar que Gacy se fuese de rositas. Por ese motivo el chico empezó sus investigaciones por cuenta propia.

Comenzó a recabar datos, y se dió cuenta de que lo único que sabía era el modelo del coche en el que había ido hasta la casa. Al ser de noche no se acordaba de la ruta, y tras lo sucedido no podía acordarse de ningún detalle de la casa. Por ello emprendió la búsqueda del coche por todos lados, incluso volviendo al sitio donde se había encontrado con Gacy.

Tras unas prolongadas pesquisas, encontró lo que estaba buscando. El mismo coche en el que había subido y dentro de él, el hombre que le había realizado atrocidades durante horas. 

De esta forma lo siguió durante días, estableciendo patrones de comportamiento. Averiguó por qué lugares se movía, como engatusaba a los chicos, como se los llevaba y dió con su casa.

Una vez dada por zanjada su investigación llevó todo lo recabado a la política. Pero ¿crees que esta vez hicieron algo? Pues te diré que, aunque no fueron a detener a Gacy directamente, el trabajo del Jeffrey no cayó en saco roto, ya que la policía empezó a estar con la mosca detrás de la oreja. Se dieron cuenta de que algo no andaba bien y Gacy se puso en su punto de mira.

Pero no olvidemos que Gacy seguía haciendo de las suyas. Continuaba engañando a chicos y llevándolos a su casa. Y para ese momento ya llevaba 32 víctimas. Y en poco tiempo serían 33.

Gacy ya era consciente de que algo pasaba. Se había percatado de cómo los coches de policía rondaban alrededor de su casa. Pero le daba igual. Ahora sus impulsos lo controlaban, y no le importaba cuántos agentes estuvieran al acecho. Por este motivo Gacy se fue a por su siguiente presa. 

33: El Número de la Mala Suerte

Su víctima número 33 y última tuvo lugar en diciembre de 1978. Se llamaba Robert Piest, de 15 años. Esta vez no se lo encontró por la calle, ni le hizo falta engañarlo con falsas promesas de alcohol y drogas.

La Manzana Envenenada

Robert llevaba tiempo en el objetivo de Gacy, y este estaba dispuesto a saciar su sed de muerte con él. Para ello un día se presentó ante él, y le dijo que era contratista, que necesitaba a un chico joven que tuviera ganas de trabajar. Y por desgracia, Robert no se lo pensó dos veces. Rápidamente aceptó la oferta, y quedaron en verse esa misma tarde en casa de Gacy. 

El chico estaba pletórico, era su primer trabajo, y se lo había ofrecido uno de los hombres más influyentes. Ante su emoción y alegría, Robert hizo lo que haríamos todos, ir a contárselo a nuestros padres. Y allá que se fué. Rápidamente llegó a su casa y les contó lo sucedido. Añadiendo que había quedado en reunirse en la casa de su próximo jefe para concretar los detalles del trabajo. 

Sus padres, emocionados por la noticia que les llevaba su hijo, no pudieron hacer más que felicitarlo. Esa misma tarde se despidieron, deseando que regresara con buenas noticias tras su reunión. Pero lo que nunca se imaginaron es que esa sería la última vez que verían a su hijo, ya que al salir por la puerta, nunca más volvió a aparecer.

Pasaban las horas, y no tenían noticia de Robert, por lo que decidieron denunciar la desaparición del chico. Informaron a la policía de que al salir de casa iba a reunirse con un hombre que le había dado trabajo. Los policías, al escuchar el nombre de Gacy no lo dudaron ni un segundo y se fueron a su casa.

Foto de Robert Piest, la última víctima.

«…un día se presentó ante él, y le dijo que era contratista, que necesitaba a un chico joven que tuviera ganas de trabajar. Y por desgracia, Robert no se lo pensó dos veces.«

Fotografía web «San Diego Red».

La Detención del Payaso Pogo

Al llegar, Gacy les abrió con actitud despreocupada, preguntándoles si necesitaban ayuda con alguna cosa. Los agentes, le contaron lo sucedido y decidieron entrar al hogar. A primera vista no había nada sospechoso, solo un fuerte olor que no sabían de donde provenía. Pero cuando empezaron a rebuscar enseguida empezaron a encontrar cosas extrañas.

Vieron ropa de chico joven, que claramente no era de Gacy ya que se trataba de un hombre muy corpulento. Así como documentos de identidad que pertenecían a chavales que habían desaparecido. Pero lo peor de todo no fué eso, ya que también encontraron objetos de tortura.

Esto provocó que detuvieran a Gacy de inmediato y se lo llevasen a comisaría, ya que desde ese momento tendría lugar una investigación en profundidad. Ya que, para inculpar a Gacy, necesitaban pruebas contundentes que demostraran que él era el culpable de todas esas muertes.

La policía registró la casa palmo a palmo, pero no apareció ningún rastro de las víctimas. Sin embargo eso cambió cuando bajaron al sótano. ¿Te acuerdas del extraño olor que habían notado al entrar en la casa? Pues en ese lugar era mucho más intenso. 

Al entrar al sótano todo parecía normal, pero encontraron un doble fondo que llevaba a un agujero cabado en el jardín. Lo que allí encontraron dejó a los agentes consternados. Nunca habían visto nada igual. 

La escena era grotesca, ya que debajo de ese sótano había una gran cantidad de cadáveres en diferentes estados de descomposición, que al estar unos encima de los otros habían formado una especie de masa. 

Los policías sentían repulsión, pero a la vez satisfacción, ya que por fin habían encontrado las pruebas que necesitaban para inculpar a Gacy, por fin le habían para los pies al payaso asesino.

«La escena era grotesca, ya que debajo de ese sótano había una gran cantidad de cadáveres en diferentes estados de descomposición, que al estar unos encima de los otros habían formado una especie de masa.«

Fotografía blog «Contexto».

Imagen de archivo de la escena del crimen encontrada en la casa de Gacy.

El Juicio y Últimos Días de Gacy

El juicio contra Gacy comenzó en 1980, durante el cual, alegó en repetidas ocasiones, haber realizado los asesinatos debido a una enajenación mental. Sin embargo, dichas alegaciones fueron rechazadas. 

Se enfrentó a los cargos de agresión sexual, maltrato infantil, sodomía y a 33 asesinatos, y el 12 de marzo de 1980 fué condenado a pena de muerte. La cual se ejecutó 14 años más tarde en forma de inyección letal, durante la cual sus últimas palabras fueron “Besadme el culo”.

Imagen de archivo de la ficha policial de John Gacy.

«…el 12 de marzo de 1980 fué condenado a pena de muerte. La cual se ejecutó 14 años más tarde en forma de inyección letal.«

Fotografía web «Wikipedia».

Y seguro que te estás preguntado ¿pero este no era el asesino que había inspirado la obra de “IT”? Pues sí, ya que durante el tiempo de su condena, Gacy se dedicó a pintar multitud de cuadros sobre Pogo el payaso, en los cuales se inspiraron los creadores de la famosa serie de los 90.

«…durante el tiempo de su condena, Gacy se dedicó a pintar multitud de cuadros sobre Pogo el payaso.»

Fotografía blog «Infobae».

Foto de los dibujos que hacía John Gacy en la carcel. Se observa un dibujo de Pogo el Payaso saludando a cámara.

Conclusión

El escalofriante relato de John Wayne Gacy, mejor conocido como ‘Pogo el Payaso’, nos sumerge en las profundidades más oscuras de la mente humana, revelando una pesadilla que desafía toda lógica y comprensión. A lo largo de esta historia, hemos recorrido la vida de un hombre que enmascaró sus demonios tras una apariencia de amabilidad y diversión, sembrando el terror a su paso.

Desde una infancia marcada por la lucha y la búsqueda desesperada de aceptación, hasta su siniestra transformación en uno de los asesinos en serie más notorios de la historia, Gacy nos obliga a enfrentar una realidad inquietante: que el mal puede esconderse detrás de las máscaras más inocentes.

Las vidas de sus 33 víctimas fueron truncadas de manera inhumana y trágica, un recordatorio sombrío de los horrores a los que puede llegar un individuo perturbado. Las familias de las víctimas sufrieron un dolor inmenso que nunca se desvanecerá, y la comunidad entera se vio conmocionada por el espectro del mal que Gacy personificaba.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio